LIMPIEZAS

Tras cualquier ingestión de alimento, se forma por toda la boca una capa de un

barrillo blanquecino, que queda acumulado por todos los rincones de la boca y se denomina placa bacteriana. Esta placa bacteriana resulta fácil de eliminar con un cepillo de dientes. Sin embargo, en los rincones de la boca de difícil acceso, la placa bacteriana queda acumulada. Estos rincones suelen ser:

 

1- Las fisuras de los molares y el espacio existente entre muela y muela.

 

2- El pequeño espacio existente entre la encía y los dientes (surco gingival).

 

Las encías no están adheridas al diente en su parte más externa, y en ese

rinconcito es un lugar privilegiado para el asentamiento de las bacterias de la

boca. Si no conseguimos eliminarlas correctamente tras cada ingestión de alimento, la placa bacteriana se va calcificando y se convierte en el sarro. El sarro está compuesto igualmente de bacterias, pero al estar endurecido y adherido a la superficie del diente ya NO puede ser eliminado con un cepillo de dientes y debe ser tratado en su clínica dental por un profesional.